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Donde la voz del viento llama a nuestros pies errantes,
a través de ecos del bosque y ecos de la calle,
con laudes en nuestras manos, siempre cantando deambulamos.
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Todos los hombres somos gemelos, el mundo es nuestra casa.
Nuestros cantos son de ciudades cuyo lustre se ha perdido,
risa y belleza de mujeres muertas hace mucho;
espada de viejas batallas, corona de antiguos reyes,
y cosas felices, y simples, y tristes.
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¿Qué esperanzas abrazaremos, qué sueños sembraremos?
Donde el viento llama a nuestras pisadas, errantes vamos.
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Ningún amor nos pide quedarnos,
ningún júbilo nos invita a esperar:
la voz del viento es voz de nuestro destino.
DE SAROJINI NAIDU/ TRADUCCIÓN: MAR MARTÍNEZ-LEONARD
