
Por Daniel Sánchez Centellas
Me quedé en el rincón de una mañana fresca
extasiado en la visión ciega de la punta de un calcetín
pero, para cambiar de tema y no extraviarme en boberías
encontré claridad europea en una fachada sin nombre
iluminada sin calor, anodina en su cierta existencia
en el fondo buscaba síntomas, o algo que me fuera afín
y además buscaba las diferentes clases de reflexión
por supuesto, para que pudiera reflexionar yo
es más fácil este ejercicio de surrealismo e inmanencia
mucho más, que encontrar eso que llaman inspiración.
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Del poemario «HAY QUE BUSCARLE UN TÍTULO (EL CONTRA-ATAQUE DE LA NO-POESÍA)», Aliarediciones, 2015, p. 23.